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La empresa | Nuestra historia

Böker Arbolito

1780
La referencia más antigua que se conoce cuando hablamos de Böker Arbolito es el infinito castaño que daba sombra a la pequeña fábrica de herramientas en Remscheid, muy cerca de Solingen, cuna de la cuchillería alemana.
Böker era el apellido de sus propietarios. Obviamente, la calidad de estas herramientas era desvergonzadamente buena y cien años más tarde la marca era líder en la mayoría de los mercados europeos.
Böker Arbolito, en el resto de los cuchillos, graba la marca con los métodos modernos en los que se encuentran aunados la centenaria cultura de la cuchillería de Solingen, los mejores materiales y la exclusividad de sus diseños. DEFENSA; las mismas hojas forjadas en Solingen se importan como producto semielaborado y se terminan localmente con la marca DEFENSA, en la fábrica de Ezpeleta, Quilmes. De este modo se brinda una hoja criolla con la misma calidad original, pero a un precio mucho más accesible.

1829
Hermann y Robert Böker que estaban al frente de la empresa decidieron cambiar el rumbo de la producción y orientarla hacia la fabricación de sables y cuchillos, cuya demanda parecía no tener fin debido a los turbulentos tiempos políticos que se desarrollaban en la mayoría de los estados europeos.
Se encontraron manuscritos cuyos registros mencionan que semanalmente se alcanzaba una producción de 2000 piezas, sumando espadas y cuchillos, se empleaban 64 operarios en la forja, 47 afiladores y gran cantidad de personal en tareas adicionales.

1869
Se formaliza el contrato social; la firma Heinr. Böker & Co, queda registrada oficialmente ese año. Mientras tanto los pedidos aumentaban permanentemente y el pequeño edificio resultaba cada vez más incómodo.

1874
Se tomó la decisión de ampliación y mudanza hacia la vecina ciudad de Solingen, cuna de la cuchillería alemana donde aún hoy está radicada la renombrada empresa. También era necesario identificar la marca visualmente, en forma simple y fácil de recordar, ya que Böker no era nombre sencillo de pronunciar para los criollos.
El logotipo del árbol representando el castaño plantado en la primera fábrica y la marca ARBOLITO fueron la respuesta que hoy conocemos.

1945
Después de la Segunda Guerra Mundial el floreciente negocio quedó virtualmente hecho pedazos. La fábrica alemana se incendió completamente como consecuencia de los intensos bombardeos. Todo estaba destruído, edificio, máquinas, herramientas, catálogos, muestras...
A pesar de las circunstancias, la empresa Solingen emergió de entre las ruinas. La colaboración del personal que sobrevivió a la guerra no se hizo esperar, y de forma incondicional. Rápidamente todo volvió a ponerse en movimiento. La calidad quedó intacta y los productos Böker Arbolito volvieron a deleitar a sus usuarios, como de costumbre.

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